miércoles, 25 de julio de 2012

Dibujos Negros

Los dibujos negros son realmente una catarsis.  
Son una desconexión con toda rigurosidad, con todo “deber ser” y con todo el cuidado que quizá tu también tienes al momento de dibujar. Olvidarme o ignorar por completo lo aprendido por un buen rato.
En lo personal los peores momentos han sido cuando la obra está por “encima” de lo que realmente siento. Te lo explico con un ejemplo:
Paso por un momento de absoluta oscuridad y por cosas de la vida expongo o comparto un trabajo que luce lleno de “luz”  y se convierte en un montón de comentarios positivos y cosas hermosas que no concuerdan en lo absoluto con lo que realmente siento. Es ahí cuando caigo en cuenta que con ese sentimiento “negativo” HAY que hacer algo, porque ni el “afuera” con sus palabras  logra hacerme sentir mejor y porque seguir adelante en medio de un engaño es totalmente contraproducente; no siempre se trata de aparentar o de parecer, NO IMPORTA lo que te hayan dicho al respecto!...
Es ese tipo de “éxito” falso el que muchos alcanzan y que luego no entendemos sus conductas autodestructiva si “le va TAN bien en la vida”. Momento de ir hacia adentro y poner orden en la “casa”… y así nacen estos “experimentos”.
Así que ocuparnos de esas zonas oscuras tiene un valor impresionante para mi, en especial cuando logramos transformarlas y ponerlas a jugar a nuestro favor. Esto requiere de un trabajo enorme, eso también es verdad! Pero vale la pena.


“Rayar por rayar”… sacar lo que llevas dentro.
El trabajar el dibujo de un modo primario, tosco y descuidado, como ejercicio me resultó muy útil. El ego te dice que eres bueno en eso de dibujar y que no debes hacerlo mal NUNCA!!, te deja que tengas errores solo para echártelos en cara luego y te hundas pero jamás para que te liberes de él!...  pero no trabajas para el ego, no eres una persona sin opciones ni el empleado mal pagado de tu mente y eso es algo que aun me recuerdo a diario pero  que en aquel momento confronté de esa forma por primera vez. Por eso dejar que saliera lo que saliera sin juzgarme buscaba precisamente liberarme del “dictador interno” que se volvió cada vez más exigente y que poco dejaba expresarse a mi ser esencial que es en todo caso el que realmente alimenta mis impulsos “artísticos”. Quizá ambos necesitan uno del otro, pero ninguno puede fluir sin control todo el tiempo, aunque ciertamente el “dictador” es mucho peor porque acaba con la magia y te quita las ganas de todo, te apaga, te minimiza hasta que te hace creer que finalmente nada de lo que hagas servirá y es cuando te acostumbras y caes en ese “no sé qué hacer” cuando te paras frente a un block, a una hoja en blanco o a cualquiera de los medios que uses para expresarte.


No es solo “hacerlo bien” es expresarte, y este ejercicio te lo recuerda.
Trabajé sin que me importara nada, deje salir angustia, rabia, miedo, indignación y hasta la flojera o el fastidio que me impedía asumir proyectos nuevos, me reí un rato de mi mismo, de mis habilidades y empecé a quitarle toda “sacro santidad” al proceso, desdramatizando mi “misión” y mi “responsabilidad” ante el papel y así comenzaron a salir los verdaderas caras, por eso aquellos dibujos maltrechos revelan detalles que no aparecen en ninguno de mis trabajos anteriores o posteriores.
Empezaron a salir los demonios con sus rostros, y yo no tenía disposición, ni ganas y mucho menos la intención de limpiarlos y volverlos una “obra” con la altura “técnica” que “debían tener”, sino por el contrario todos fueron hechos en cuestión de minutos tanto en el trazo a lápiz como en el coloreado digital totalmente libre y despreocupado.


Deshacerte de los frenos mentales, para retornar a tu trabajo con una mejor actitud.
El resultado es otra estética… otra que también es parte de ti, en la que puedes descubrir cosas que sumen más adelante a tu “quehacer”, aun cuando en esencia no hay que esperar NADA del ejercicio… lo importante es sacar los demonios y una vez que termines, si encuentras algo rescatable BIEN! Y si no, préndeles fuego y deja ir toda frustración y lo que logró detenerte o hacerte “patinar” en la nada porque la idea es “hablar” y expresar precisamente eso que te preocupa y que te ata para dejarlo ir.

 Pero al mismo tiempo el ejercicio te recuerda que no has dejado de sentir y que eres capaz de utilizar incluso la negatividad para transformarla en algo que sirva a otros, al recordarles el revelarse frente al “dictador interno” que pretende volverte menos creativo y menos productivo de lo que realmente eres, y en especial que pretende que te olvides de tu luz y de todo lo que te trajo a este mundo, de la pasión absoluta por continuar creyendo en lo que crees y haciendo lo que realmente amas… atravesar la oscuridad y no quedarte en ella, y retomar bien en alto tus sueños, tus proyectos o la intención de crear o empezar a construir unos nuevos en caso de que los viejos se hayan vencido con el tiempo.
Otras Experiencias similares llevadas a la "pintura" y a la fotografía:



No cuenta lo que otros digan… cuenta primero lo que tu pienses y sientas sobre tu propio trabajo, sobre ti mismo… por eso hay que empezar por ahí.

Roger Pereira.





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